Instituto de Medicina Legal de Toledo

Concurso

Convocado por

Ministerio de Justicia

Fecha

2019

El nuevo edificio del Instituto de Medicina Legal de Toledo se asienta sobre un solar que presenta una topografía destacable, descendente en sentido Este-Oeste que también condiciona la distribución de sus distintas plantas y accesos. 

La relación entre la superficie del solar y su geometría, con el conjunto de necesidades del nuevo IML, desemboca en el desarrollo de un edificio fundamentalmente longitudinal y, por tanto, expuestos la mayor parte de sus programas a orientaciones Norte y Sur. Del mismo modo, la topografía genera que aquello que junto a la calle Dinamarca puede considerarse planta baja, se convierta rápidamente en semisótano y sótano a medida que avanza hacia el fondo del solar.

Estas condiciones nos han llevado a tomar una serie de decisiones claras:

- El edificio arranca en un zócalo (semisótano y sótano), que consolida la huella del IML sobre el solar, liberando un perímetro que permita el cómodo acceso con furgones hasta la zona de recepción de material, que divide el zócalo en dos partes: una de uso público, una de uso restringido. 

- Sobre este zócalo se ordena una pieza seriada, capaz de alojar todos los distintos programas de menor y mayor tamaño modulados y ordenados en una secuencia de piezas llenas y vacíos que permiten iluminar/ventilar las circulaciones y espacios al interior.

- La materialidad acompaña estas primeras decisiones: el zócalo se materializa de ladrillo negro en una suerte de continuación del terreno. La pieza superior es sin embargo ligera y protegida por una envolvente que matiza tanto condición térmica como exposición de los programas, que quedan protegidos de vistas y sol.

Arquitectos Matos Castillo Arquitectos (Alberto M. Castillo, Beatriz Matos) + Néstor Montenegro Colaboradores Jaime Rodríguez-Vigil Zaballa, Begoña Torreira

El nuevo edificio del Instituto de Medicina Legal de Toledo se asienta sobre un solar que presenta una topografía destacable, descendente en sentido Este-Oeste que también condiciona la distribución de sus distintas plantas y accesos. 

La relación entre la superficie del solar y su geometría, con el conjunto de necesidades del nuevo IML, desemboca en el desarrollo de un edificio fundamentalmente longitudinal y, por tanto, expuestos la mayor parte de sus programas a orientaciones Norte y Sur. Del mismo modo, la topografía genera que aquello que junto a la calle Dinamarca puede considerarse planta baja, se convierta rápidamente en semisótano y sótano a medida que avanza hacia el fondo del solar.

Estas condiciones nos han llevado a tomar una serie de decisiones claras:

- El edificio arranca en un zócalo (semisótano y sótano), que consolida la huella del IML sobre el solar, liberando un perímetro que permita el cómodo acceso con furgones hasta la zona de recepción de material, que divide el zócalo en dos partes: una de uso público, una de uso restringido. 

- Sobre este zócalo se ordena una pieza seriada, capaz de alojar todos los distintos programas de menor y mayor tamaño modulados y ordenados en una secuencia de piezas llenas y vacíos que permiten iluminar/ventilar las circulaciones y espacios al interior.

- La materialidad acompaña estas primeras decisiones: el zócalo se materializa de ladrillo negro en una suerte de continuación del terreno. La pieza superior es sin embargo ligera y protegida por una envolvente que matiza tanto condición térmica como exposición de los programas, que quedan protegidos de vistas y sol.

Arquitectos Matos Castillo Arquitectos (Alberto M. Castillo, Beatriz Matos) + Néstor Montenegro Colaboradores Jaime Rodríguez-Vigil Zaballa, Begoña Torreira