Concurso para el Polideportivo de la Universidad Autónoma de Madrid

Concurso

Fecha

2000

El polideportivo se concibe como una caja-tamiz de luz y color. Su aspecto cambiante trasmite una doble idea: protección exterior y permeabilidad interior. Se pretende crear un espacio interior alegre, dinámico, lleno de color, divertido, acorde con la actividad deportiva. 

Una doble piel rodea el edificio creando un colchón climático de protección. La piel interior es ligera; está compuesta, según las zonas, de vidrio, policarbonato, paneles ligeros aislantes... El concepto de esta piel es el de la transparencia.    

La piel exterior es de grandes lamas verticales de aluminio; su posibilidad de orientación automática según la época del año y la necesidad de aporte de energía o protección solar mostrará diversas imágenes exteriores de opacidad o transparencia. El exterior de las lamas es de aluminio natural; el interior es de color según un estudio cromático de la totalidad del espacio interior. El color adquiere así una gran importancia en el desarrollo del proyecto no solo en el espacio interior sino también en el exterior. La aproximación al polideportivo con una posición de lamas entreabierta hará que, según el sentido de la marcha con que se recorra cualquier fachada, ésta se manifieste como una fachada colorida o, en el otro sentido, como una textura vibrante de aluminio.    

La caja del polideportivo se sitúa en un patio suavemente hundido en el terreno. La entrada principal se produce a nivel de calle mientras que la de deportistas se realiza por el nivel inferior del patio. El diseño de los núcleos de comunicación y del control permite que a diario el acceso de deportistas pueda producirse por la entrada principal. Unas grandes puertas, lamas de mucho mayor tamaño, dan acceso a un zaguán desde el que se entra al edificio. En el nivel de entrada se sitúan el control, los vestíbulos públicos, las gradas para espectadores y el espacio destinado a administración y despachos. Sobre el ala de acceso, en una entreplanta están los laboratorios y el aula y en el último nivel, los gimnasios y la sala de musculación. Vestuarios, almacenes, botiquín, locales técnicos, etc... se encuentran en la planta a nivel de pista que coincide con el nivel del patio exterior. Dos núcleos de comunicación en los extremos conectan el nivel de vestuarios con el nivel de gimnasios y sala de musculación; uno de ellos está constituido por una rampa y el otro por ascensores y escalera.

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño

El polideportivo se concibe como una caja-tamiz de luz y color. Su aspecto cambiante trasmite una doble idea: protección exterior y permeabilidad interior. Se pretende crear un espacio interior alegre, dinámico, lleno de color, divertido, acorde con la actividad deportiva. 

Una doble piel rodea el edificio creando un colchón climático de protección. La piel interior es ligera; está compuesta, según las zonas, de vidrio, policarbonato, paneles ligeros aislantes... El concepto de esta piel es el de la transparencia.    

La piel exterior es de grandes lamas verticales de aluminio; su posibilidad de orientación automática según la época del año y la necesidad de aporte de energía o protección solar mostrará diversas imágenes exteriores de opacidad o transparencia. El exterior de las lamas es de aluminio natural; el interior es de color según un estudio cromático de la totalidad del espacio interior. El color adquiere así una gran importancia en el desarrollo del proyecto no solo en el espacio interior sino también en el exterior. La aproximación al polideportivo con una posición de lamas entreabierta hará que, según el sentido de la marcha con que se recorra cualquier fachada, ésta se manifieste como una fachada colorida o, en el otro sentido, como una textura vibrante de aluminio.    

La caja del polideportivo se sitúa en un patio suavemente hundido en el terreno. La entrada principal se produce a nivel de calle mientras que la de deportistas se realiza por el nivel inferior del patio. El diseño de los núcleos de comunicación y del control permite que a diario el acceso de deportistas pueda producirse por la entrada principal. Unas grandes puertas, lamas de mucho mayor tamaño, dan acceso a un zaguán desde el que se entra al edificio. En el nivel de entrada se sitúan el control, los vestíbulos públicos, las gradas para espectadores y el espacio destinado a administración y despachos. Sobre el ala de acceso, en una entreplanta están los laboratorios y el aula y en el último nivel, los gimnasios y la sala de musculación. Vestuarios, almacenes, botiquín, locales técnicos, etc... se encuentran en la planta a nivel de pista que coincide con el nivel del patio exterior. Dos núcleos de comunicación en los extremos conectan el nivel de vestuarios con el nivel de gimnasios y sala de musculación; uno de ellos está constituido por una rampa y el otro por ascensores y escalera.

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño