Concurso para el Centro de Arte Neanderthal en Piloña, Asturias
Concurso
Fecha
2010
Un campo ondulado flota sobre el espacio interior del museo. Vegetación en estado natural, hierba y flores silvestres, sobre una cubierta transitable que se puede disfrutar desde la cafetería del museo. Se devuelve así al paisaje el rectángulo de campo que previamente se ha ocupado.
El edificio se hunde para crear un paisaje horizontal y minimizar la presencia de la edificación en el entorno natural. En la parcela, la superficie no ocupada por accesos rodados, aparcamientos y el propio edificio, tendrá un tratamiento paisajístico acorde con el recreado en la cubierta del mismo.
Sobre una planta rectangular, las secciones, de formas curvas suaves, envuelven y cualifican los espacios interiores. La sala de exposición permanente dispone de espacios de cuatro, seis y diez metros de altura. Su hundimiento en el terreno facilita que la entrada a la reproducción de la Cueva del Sidrón conecte mentalmente con la idea real acceso a una cueva.
Las fachadas de vidrio disponen de una envolvente protectora que permite tamizar y controlar la luz natural en todo su perímetro.
Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Maqueta Alberto Martínez Castillo, Ana Matos
Un campo ondulado flota sobre el espacio interior del museo. Vegetación en estado natural, hierba y flores silvestres, sobre una cubierta transitable que se puede disfrutar desde la cafetería del museo. Se devuelve así al paisaje el rectángulo de campo que previamente se ha ocupado.
El edificio se hunde para crear un paisaje horizontal y minimizar la presencia de la edificación en el entorno natural. En la parcela, la superficie no ocupada por accesos rodados, aparcamientos y el propio edificio, tendrá un tratamiento paisajístico acorde con el recreado en la cubierta del mismo.
Sobre una planta rectangular, las secciones, de formas curvas suaves, envuelven y cualifican los espacios interiores. La sala de exposición permanente dispone de espacios de cuatro, seis y diez metros de altura. Su hundimiento en el terreno facilita que la entrada a la reproducción de la Cueva del Sidrón conecte mentalmente con la idea real acceso a una cueva.
Las fachadas de vidrio disponen de una envolvente protectora que permite tamizar y controlar la luz natural en todo su perímetro.
Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Maqueta Alberto Martínez Castillo, Ana Matos