Centro de Día, Lavapiés. Madrid

Promotor

Ayuntamiento de Madrid

Constructor

Construcciones Quijano

Dirección

C/Casino S/N

Fecha

2000-2001

Premio

Ayuntamiento de Madrid 2001

El edificio se sitúa junto al edificio del Casino de la Reina ocupando parte de la parcela que ocupaba la ampliación que de éste se hizo y que ha sido demolida.

Aunque a él se accede desde el interior del parque, un gran cuerpo volado en la planta primera le aproxima hasta la línea de la calle manifestando su vinculación con ésta. Bajo el mismo, un espacio vacío robado al edificio actúa como zaguán de ingreso. 

Los usuarios serán personas con mucha edad y normalmente con dificultades en la movilidad que necesitan de algún tipo de ejercicio sencillo para el mantenimiento de sus capacidades. Es como una guardería; por la mañana les recogen y les dejan en el centro. Allí pasan el día hasta las seis de la tarde. Está atendido por personal especializado que cuida de ellos e incluye servicios como consultas de médico, podólogo. 

En la vida diaria que llevan a cabo en el centro necesitan un espacio cuyo uso pueda variar a lo largo del día: talleres, comedor o zona de estar para ver la televisión o dormir la siesta. El otro espacio significativo es el del gimnasio, lugar del pequeño ejercicio diario situado en la planta superior. Grandes ventanales introducen visualmente el parque en el interior de ambos espacios. 

Cada una de sus cuatro fachadas es distinta dependiendo de la relación que mantiene con los edificios o el paisaje frente a ellas. A la calle, configurando el cuerpo volado, una fachada multicapa y ligera con acabado de aluminio acentúa su vocación urbana. Al parque, con una vista despejada y amplia al suroeste, la fachada de vidrio se completa con una piel de lamas de madera que protege el interior de un soleamiento excesivo. El movimiento de las lamas crea vibraciones y visiones cambiantes como las del propio parque. Por el contrario, la fachada opuesta, comprimida por el edificio del Casino de la Reina es hermética; una retícula de bloques de vidrio circulares la cubren de forma isótropa e iluminan de forma difusa el espacio interior del vestíbulo y la rampa. 

Hemos planteado un edificio vivo. Los colores de suelo y paredes dan vida al espacio interior. Intentamos que las personas mayores que lo usan diariamente vivan un espacio confortable, diferente al de sus propias casas y, si es posible, más alegre. 

Arquitectos Aparejador Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Colaboradores Alberto López Díez Constructora Enrique Barrera, Amanda Schachter, David Casino, Jose Ignacio Toribio, Pablo Jiménez, Martina Schluter Estructura Ignacio Aspe Fotografías Hisao Suzuki

El edificio se sitúa junto al edificio del Casino de la Reina ocupando parte de la parcela que ocupaba la ampliación que de éste se hizo y que ha sido demolida.

Aunque a él se accede desde el interior del parque, un gran cuerpo volado en la planta primera le aproxima hasta la línea de la calle manifestando su vinculación con ésta. Bajo el mismo, un espacio vacío robado al edificio actúa como zaguán de ingreso. 

Los usuarios serán personas con mucha edad y normalmente con dificultades en la movilidad que necesitan de algún tipo de ejercicio sencillo para el mantenimiento de sus capacidades. Es como una guardería; por la mañana les recogen y les dejan en el centro. Allí pasan el día hasta las seis de la tarde. Está atendido por personal especializado que cuida de ellos e incluye servicios como consultas de médico, podólogo. 

En la vida diaria que llevan a cabo en el centro necesitan un espacio cuyo uso pueda variar a lo largo del día: talleres, comedor o zona de estar para ver la televisión o dormir la siesta. El otro espacio significativo es el del gimnasio, lugar del pequeño ejercicio diario situado en la planta superior. Grandes ventanales introducen visualmente el parque en el interior de ambos espacios. 

Cada una de sus cuatro fachadas es distinta dependiendo de la relación que mantiene con los edificios o el paisaje frente a ellas. A la calle, configurando el cuerpo volado, una fachada multicapa y ligera con acabado de aluminio acentúa su vocación urbana. Al parque, con una vista despejada y amplia al suroeste, la fachada de vidrio se completa con una piel de lamas de madera que protege el interior de un soleamiento excesivo. El movimiento de las lamas crea vibraciones y visiones cambiantes como las del propio parque. Por el contrario, la fachada opuesta, comprimida por el edificio del Casino de la Reina es hermética; una retícula de bloques de vidrio circulares la cubren de forma isótropa e iluminan de forma difusa el espacio interior del vestíbulo y la rampa. 

Hemos planteado un edificio vivo. Los colores de suelo y paredes dan vida al espacio interior. Intentamos que las personas mayores que lo usan diariamente vivan un espacio confortable, diferente al de sus propias casas y, si es posible, más alegre. 

Arquitectos Aparejador Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Colaboradores Alberto López Díez Constructora Enrique Barrera, Amanda Schachter, David Casino, Jose Ignacio Toribio, Pablo Jiménez, Martina Schluter Estructura Ignacio Aspe Fotografías Hisao Suzuki