Centro de Congresos "Vegas Altas" de Villanueva de la Serena, Badajoz

Concurso

Tercer premio / Third Prize

Convocado por

Consejería de Cultura y Turismo de Extremadura

Fecha

2008

Lema: TRES POR DOS

Seis es el número de salas independientes que se obtienen  mediante la división de la sala principal y la secundaria. La organización espacial de ambas se ha basado en que su transformación, de una grande a dos o tres menores, se produzca de manera sencilla mediante mecanismos no excesivamente costosos; sin mover el suelo de la sala ni las butacas. Se proponen grandes tabiques de movimiento vertical motorizado que se albergan en el volumen interior de las salas y en los escenarios.    

La cubierta, una lámina con incisiones, se pliega hacia el exterior para albergar los espacios de las salas y hacia el interior para iluminar la zona de exposición. La volumetría exterior es producto del modelado de los espacios interiores. Los huecos de iluminación están protegidos por una celosía exterior que impide la entrada directa del sol a los espacios expositivos y crea un ambiente de luz tamizada.

El espacio de exposiciones es el magma en el que nadan las dos salas. Como la sustancia que rodea al núcleo de una célula, envuelve a la sala principal y se cuela por debajo de la sala pequeña haciéndola flotar sobre el mismo. Se entiende como un espacio continuo  de actividad que ocasionalmente puede ser parcialmente compartimentado para diferenciar determinadas funciones. El espacio especialmente pensado para independizar del resto es el situado bajo la sala pequeña; se puede convertir en dos nuevas salas de conferencias, en una sala de banquetes por su proximidad con la cocina o en un área de exposición controlada. 

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Colaboradores Marco Colaiacomo, Marta Cordero, Franca Alexandra Sonntag

Lema: TRES POR DOS

Seis es el número de salas independientes que se obtienen  mediante la división de la sala principal y la secundaria. La organización espacial de ambas se ha basado en que su transformación, de una grande a dos o tres menores, se produzca de manera sencilla mediante mecanismos no excesivamente costosos; sin mover el suelo de la sala ni las butacas. Se proponen grandes tabiques de movimiento vertical motorizado que se albergan en el volumen interior de las salas y en los escenarios.    

La cubierta, una lámina con incisiones, se pliega hacia el exterior para albergar los espacios de las salas y hacia el interior para iluminar la zona de exposición. La volumetría exterior es producto del modelado de los espacios interiores. Los huecos de iluminación están protegidos por una celosía exterior que impide la entrada directa del sol a los espacios expositivos y crea un ambiente de luz tamizada.

El espacio de exposiciones es el magma en el que nadan las dos salas. Como la sustancia que rodea al núcleo de una célula, envuelve a la sala principal y se cuela por debajo de la sala pequeña haciéndola flotar sobre el mismo. Se entiende como un espacio continuo  de actividad que ocasionalmente puede ser parcialmente compartimentado para diferenciar determinadas funciones. El espacio especialmente pensado para independizar del resto es el situado bajo la sala pequeña; se puede convertir en dos nuevas salas de conferencias, en una sala de banquetes por su proximidad con la cocina o en un área de exposición controlada. 

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Colaboradores Marco Colaiacomo, Marta Cordero, Franca Alexandra Sonntag