68 Viviendas en Calle Rafael Finat, Madrid

Promotor

Empresa Municipal de la Vivienda

Constructor

IMASATEC S.A.

Dirección

C/ Rafael Finat 56, Madrid

Fecha

1999 - 2003

Premio

Comunidad de Madrid 2005,  Ayuntamiento Madrid 2003,  Finalista Premios FAD 2004, Distinción en Premios COAM 2005  

Una torre circular de trece plantas se elevaba en el solar en que se proponía el concurso. Próximos a ella alternaban edificios de doce, nueve y cinco alturas en un modelo de ciudad de bloque abierto y zonas ajardinadas. La diferencia de alturas y distancia entre bloques y torres daban una personalidad característica al barrio basada en la diversidad; en la ausencia de unidad en las arquitecturas. Amplias zonas ajardinadas diluían la densidad de las piezas más altas y actuaban como un magma unificador, haciendo del barrio un buen lugar para vivir. 

La ordenanza establecía para el solar la idea de manzana cerrada con patio interior y siete alturas. Esto, nos parecía insertar un edificio de otro lugar en este. Ante la posibilidad otorgada por el concurso de proponer soluciones sin atender a tales requerimientos, planteamos un volumen alto fragmentado en tres cuerpos. Queríamos liberar suelo para extender a nuestro edificio el magma ajardinado de la zona. La altura máxima sería de doce plantas para no sobrepasar la de la torre preexistente. Cada uno de los tres cuerpos se correspondía con un tipo de vivienda distinta que, a su vez, tenían distintas fachadas. 

La realidad posterior al concurso permitió rediseñar el volumen de la manzana cerrada pero no cambiar el número de alturas fijado en siete. El proyecto final mantiene la voluntad de crear un volumen fragmentado compuesto de piezas que se juntan o superponen. No pretendemos un tejido continuo que se recorte aleatoriamente para crear discontinuidades.  

Es la agregación de diversos elementos, la yuxtaposición de piezas independientes lo que crea el proyecto. Contorsionismo sería la palabra más adecuada para definir el movimiento que hacen nuestras piezas en el interior de la caja teórica del solar para mantener el concepto de bloque abierto frente a la manzana cerrada, agotar la edificabilidad posible y, liberar parte del suelo que se integra en la zona verde adyacente. 

Los tres cuerpos del concurso se convierten en cinco en el proyecto final. Muestran su intercambiabilidad y, como si de las piezas de un juego se tratara, el cuerpo de dúplex de tres alturas, que en la propuesta de concurso hacía de zócalo de la torre, pasa a estar arriba. La torre, disminuye de altura y se desplaza en un movimiento similar al del caballo en el ajedrez. Ambos se apoyan sobre los dos nuevos cuerpos  de tres alturas, que, pegados a la pastilla, continúan con el lenguaje horizontal de ésta. Las viviendas en el interior de cada cuerpo son distintas atendiendo a su profundidad, tamaño, orientación, o posición en el conjunto, y manifiestan exteriormente, en las fachadas, su diferencia. 

Exteriormente todo el edificio se construye con hormigón prefabricado excepto la torre y la planta intermedia (colchón) entre los dos cuerpos de viviendas dúplex.  Ambas se revisten de placas de fibrocemento y resinas de un color similar al hormigón, proponiendo un cambio de materialidad sin cambio de color. Los elementos de protección solar varían en función del tipo de hueco; contraventanas levadizas de lamas orientables de aluminio en la fachada sur y en los cuerpos bajos, persianas enrollables en los huecos del cuerpo dúplex superior y, contraventanas corrugables con acabado en el mismo tipo de placa que la fachada en la torre oeste. 

Los portales, cada uno de un color, se manifiestan como horadaciones en la materialidad gris y metálica de las fachadas.

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Aparejador Alberto López Díez Colaboradores Enrique Barrera, Pablo Jiménez, Martina Schluter, Alejandra de la Riva Estructura Valladares Ingeniería Fotografías Hisao Suzuki

Una torre circular de trece plantas se elevaba en el solar en que se proponía el concurso. Próximos a ella alternaban edificios de doce, nueve y cinco alturas en un modelo de ciudad de bloque abierto y zonas ajardinadas. La diferencia de alturas y distancia entre bloques y torres daban una personalidad característica al barrio basada en la diversidad; en la ausencia de unidad en las arquitecturas. Amplias zonas ajardinadas diluían la densidad de las piezas más altas y actuaban como un magma unificador, haciendo del barrio un buen lugar para vivir. 

La ordenanza establecía para el solar la idea de manzana cerrada con patio interior y siete alturas. Esto, nos parecía insertar un edificio de otro lugar en este. Ante la posibilidad otorgada por el concurso de proponer soluciones sin atender a tales requerimientos, planteamos un volumen alto fragmentado en tres cuerpos. Queríamos liberar suelo para extender a nuestro edificio el magma ajardinado de la zona. La altura máxima sería de doce plantas para no sobrepasar la de la torre preexistente. Cada uno de los tres cuerpos se correspondía con un tipo de vivienda distinta que, a su vez, tenían distintas fachadas. 

La realidad posterior al concurso permitió rediseñar el volumen de la manzana cerrada pero no cambiar el número de alturas fijado en siete. El proyecto final mantiene la voluntad de crear un volumen fragmentado compuesto de piezas que se juntan o superponen. No pretendemos un tejido continuo que se recorte aleatoriamente para crear discontinuidades.  

Es la agregación de diversos elementos, la yuxtaposición de piezas independientes lo que crea el proyecto. Contorsionismo sería la palabra más adecuada para definir el movimiento que hacen nuestras piezas en el interior de la caja teórica del solar para mantener el concepto de bloque abierto frente a la manzana cerrada, agotar la edificabilidad posible y, liberar parte del suelo que se integra en la zona verde adyacente. 

Los tres cuerpos del concurso se convierten en cinco en el proyecto final. Muestran su intercambiabilidad y, como si de las piezas de un juego se tratara, el cuerpo de dúplex de tres alturas, que en la propuesta de concurso hacía de zócalo de la torre, pasa a estar arriba. La torre, disminuye de altura y se desplaza en un movimiento similar al del caballo en el ajedrez. Ambos se apoyan sobre los dos nuevos cuerpos  de tres alturas, que, pegados a la pastilla, continúan con el lenguaje horizontal de ésta. Las viviendas en el interior de cada cuerpo son distintas atendiendo a su profundidad, tamaño, orientación, o posición en el conjunto, y manifiestan exteriormente, en las fachadas, su diferencia. 

Exteriormente todo el edificio se construye con hormigón prefabricado excepto la torre y la planta intermedia (colchón) entre los dos cuerpos de viviendas dúplex.  Ambas se revisten de placas de fibrocemento y resinas de un color similar al hormigón, proponiendo un cambio de materialidad sin cambio de color. Los elementos de protección solar varían en función del tipo de hueco; contraventanas levadizas de lamas orientables de aluminio en la fachada sur y en los cuerpos bajos, persianas enrollables en los huecos del cuerpo dúplex superior y, contraventanas corrugables con acabado en el mismo tipo de placa que la fachada en la torre oeste. 

Los portales, cada uno de un color, se manifiestan como horadaciones en la materialidad gris y metálica de las fachadas.

Arquitectos Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño Aparejador Alberto López Díez Colaboradores Enrique Barrera, Pablo Jiménez, Martina Schluter, Alejandra de la Riva Estructura Valladares Ingeniería Fotografías Hisao Suzuki